Dous by the way: 6ª etapa: Melide - Arzúa

Después del buen estómago con el que nos fuimos de Melide, el día empezó con fuerza. A las diez y media de la mañana ya habíamos hecho 7 km, con lo que a las doce del mediodía ya estábamos en Arzúa.

Llegando a Ribadiso de Abaixo



 Como anécdota decir que esta mañana nos cruzamos, como muchas veces con peregrinos en bici. Eran dos y en medio de una gran cuesta los volvimos a encontrar cuando hicieron una parada. Les preguntamos de dónde venían y nos dijeron que de Euskadi, así entablamos conversación con ellos. Al irnos de allí, teníamos la sensación de conocer a uno de ellos, a mí me resultaba conocida su voz, aunque no tanto su cara. Cuando comenzamos a andar, los dos coincidimos en el diagnóstico; era Juan José Ibarretxe, el que había sido Lehendakari vasco.
Llegando a Preguntoño, bonito nombre

Al haber llegado tan pronto a Arzúa y encontrarnos en la puerta del albergue (cerrado hasta la una), al tullido de Cádiz (madre mía qué personaje, un tipo con un brazo roto que va albergue tras albergue dandole la chapa a todo el que se le cruza), éste nos avisa de que es mejor que nos quedemos allí (que más quisieras), porque hasta el siguiente albergue son 8km y es un privado con muy poquitas plazas que seguramente estará completo. Nos lo sacamos de encima diciéndole que nos vamos a tomar unas cañas y a pensarlo.
Descansando en un enooorme prado

Lo de las cañas era cierto, y bien buenas que estaban, con una tapita de jamón. Desde el móvil buscamos y vimos que a 4 km de Arzúa había un albergue privado, llamamos y tenían sitio, osea que allá nos fuimos a la una de la tarde. Buena idea la de irnos, aunque me hubiera gustado quedarme y conocer algo más Arzúa, pero así adelantábamos un poco de camino ya que físicamente estábamos bien y nos sacábamos de encima al tullido, que lo siento por él, pero aguantarlo sí que es penitencia y no el camino.


La idea de este albergue fue más que acertada, aunque nos quedó un poco a desmano del camino, el precio de 10€ por persona nos dió derecho a una habitación con solo dos literas amplias, ropa de cama de verdad, una ducha con hidromasaje y una cocina, para nosotros solos prácticamente, ya que hasta las seis de la tarde no llegó nadie más.
El dueño de la casa tenía una especie de cafetería-bar-tienda, en la que nos compramos unos spaghetti, atún y tomate y nos hicimos una comida rica, rica, rica. Luego nos tumbamos en el jardín de la casa donde se estaba de maravilla. Parecía más bien que estábamos de vacaciones y no haciendo el Camino de Santiago.
Por cierto, este lugar con encanto se llama Camiño das Ocas.

La idea para mañana, es ir algo más allá de Arca, ya que hoy hemos pasado de Arzúa y adelantamos 5km, pero creo que será bastante inviable porque lo siguiente después de Arca, es Monte do Gozo y eso ya serían 30 km.
Hermoso jardín para descansar mientras caen los últimos rayos de sol

Sofá y tele

Habitación con dos literas nada más, un lujo.

Ducha con hidromasaje. Como si nos hubiese tocado la lotería.


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