Descubriendo a Little John



Tempranito nos vamos hacia Victoria Bus Station para coger el bus nº 33, conocido como Sherwood Arrow. Se reconocen enseguida pues son verdes y tienen grandes dibujos de Lady Marian, Robin o Little John. Por supuesto nos vamos al Sherwood Forest Country Park, es decir, al bosque de Sherwood.

 



  El árbol más famoso de todo el bosque es sin duda el Major Oak, un roble de casi 100 años de antiguedad al cual las fotos no le hacen ninguna justicia, puesto que es majestuoso. Se dice que Robin y su cuadrilla lo usaban como refugio y está considerado, después de varias encuestas, como el "árbol favorito de Gran Bretaña".




Con nada menos que 423 hectáreas, aquí se mantiene viva la leyenda de Robin Hood, y lo cierto es que estos paisajes consiguen trasladarnos a aquella época de bandidos, nobles y forajidos. 
Tenemos varios senderos para pasear durante horas y se pueden realizar diversas actividades, sobre todo en época estival. Un lugar perfecto para venir con niños.






Hay un centro de información turística, con su restaurante y su tiendita, donde se pueden encontrar un montón de objetos curiosos y de coleccionista de todo lo que gira en torno a Robin Hood.
También hay un pequeño museo donde puedes hacer un recorrido interactivo por todas las aventuras de este personaje.

De vuelta en la ciudad, nos topamos con un sitio fantástico, Pieminister. Otro de los ritos obligatorios para disfrutar y vivir la cultura local; comerse un pastel de carne. Totalmente recomendable.

 También nos cruzamos varias veces con manifestaciones en contra del Brexit.
 Otro de los encantos de esta ciudad son los canales. Hay paseos muy bonitos en muchas partes del canal, también terrazas donde tomar algo una tarde soleada.


 El estadio del Nottingham Forest, esta vez no hubo recorrido futbolero, pero algún día volveré a Nottingham con mi futbolero favorito.


 La iglesia de Santa María la Virgen, es la más antigua de Nottingham y data del año 1377.





 Y por qué no mezclar arquitectura, historia y cultura etílica local en un sólo lugar; pues el Pitcher & Piano aunque por fuera solo parezca una iglesia, en su interior es un pub donde puedes comer y beber a tus anchas. Realmente no sé si me ha parecido fascinante o me ha despertado un sentimiento de agravio, pero supongo que es uno de sus méritos para atraer a la gente, la curiosidad por lo excepcional del lugar.

Y para terminar nuestro viaje, no podía faltar un buen desayuno inglés. He de reconocer que una de mis principales motivaciones en este viaje eran los desayunos y las cervezas.

Ah, y se me olvidaba, también probamos el whisky local, una camarera muy maja nos recomendó uno no muy fuerte, nos dejamos guiar por sus consejos y conseguimos volver al hotel andando por nuestro propio pie.

 Sin duda, Nottingham es con razón una de las ciudades más bonitas de Inglaterra, y uno de los sitios a los que volvería sin duda. Hasta otra !


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